No era aquel lecho sino un cóctel de brasas humeantes, humedades aún recientes y cuerpos entrelazados, doblegados y languidecidos por los excesos carnales que con nocturnidad y alevosía se habían extendido hasta bien entrada la madrugada. El la, todavía despierta, permanecía quieta con los ojos cerrados sintiendo aquel cuerpo llameante descansar junto al suyo, sintiendo en la piel el ardor que probaba que la noche se había encarnizado con el amanecer. Sus enrojecidas nalgas le quemaban al roce de las sábanas y el hormigueo en los pezones le traía a la mente aquellos dientes que los hostigaban horas antes. La templada humedad de los fluidos de la lujuria que impregnaban la cama aliviaba el calor de los recuerdos que a modo de fotogramas revivía excitada, relamiendo el cóctel de sabores que persistían en su boca y haciéndola desear una exhibición completa ante el espejo a fin de detectar y disfrutar todas y cada una de las marcas visibles que aquella noche y la pasión, a modo de trofeos
"Unos dicen que soy muy buena. Otros que soy muy mala".
"eres la lujuria personalizada"
ResponderEliminarMe muero.
Me mueroooooo
ResponderEliminar:D
+ !
ResponderEliminarCoñe, ¿cuando es el entierro? La ventaja de esa frase es que uno se puede imaginar tranquilamente que es a ti a quien se refiere, cuesta tan poco.....imaginarse que alguien está en la ventana por ti, y que ademas ha dejado la puerta abierta para ti, para que entres, para que llegues al sitio y contemples esa visión enmarcada por el contraluz de una ventana abierta, contemplando a la contempladora, y disfrutar de ese cuerpo ofrecido sin más contemplaciones. Los hay con suerte, y ni lo saben.
ResponderEliminardepende de quien haya dicho esas palabras...
ResponderEliminarNo es lo mismo si han llegado a tus oídos que si han salido de tus labios...no es lo mismo...
;-)
Besos sin personalizar
:-)
La foto buenísima y el texto... digamos que elocuente.
ResponderEliminarBesos morbosos