Ir al contenido principal

Besar ranas (y sapos)


Podría hacer memoria, debe hacer como siete años, que no hago más que hacer honor al título de este post.


Podría seguir haciendo memoria y recuento, pero sería poco elegante por mi parte, pero muchas, han sido muchas ranas.


Y seguir recordando, que no rememorando, y ver, desde la objetividad que da el paso del tiempo y la distancia, que entre esas ranas he dado también con sapos, algunos de ellos venenosos.


Las ranas pasaron, la mayoría, sin mucha pena ni gloria, la cosa ha venido funcionando por proyectos, marco objetivo, defino estrategia, ataco, capturo y generalmente desaparezco. 


Con los sapos ha sido más complicado y sinceramente a día de hoy todavía no tengo palabras. Quizá sea esa falta de palabras la que haya parido este post.


Sapos, ranas, besos, distancia, tiempo, objetivos, veneno, metas, huídas, encuentros y desencuentros. He seguido a pies juntillas la declaración de intenciones de este sitio, "considero sentir como lo más interesante de la vida. Adicta a las emociones, a las sensaciones, a seguir descubriendo, a andar en la cuerda floja, a tener una existencia más bien poco convencional y para nada monótona. Gran observadora e hiperactiva mental. Me gusta exprimir mi realidad y disfruto observando, y a veces manejando, en beneplácito de mis sensaciones, las vuestras."


He aprendido (ay, cuanto, y sigo), he ganado en seguridad, y perdido en grandes batallas, me he comido literalmente a mordiscos de los veintiseis a los treinta y tres años. He hecho explosionar los sentidos cada vez que me ha apetecido. He subido y bajado, me he emocionado tanto, reído, mucho, llorado, uf, y no, no cambiaría nada de lo vivido, pero...


...¿y si un día quisiera cambiar las cosas?......¿sería capaz?...



Comentarios

  1. Pues todo depende de la motivación al cambio...si alguien quiere obtener distintos resultados, debe hacer las cosas de distinta forma.

    ResponderEliminar
  2. No es que quieras cambiar las cosas, es que las cosas cambiarán y te verás obligada a cambiar. Aprovecha y exprime hasta el final lo que la frugal juventud e incipiente madurez nos ofrece.

    ResponderEliminar
  3. ¿Pero sería capaz?. El veneno de los sapos corre por mis venas.

    ResponderEliminar
  4. Litros de alcohol corren por mis venas, mujer.
    No tengo problemas de amor.
    Lo que me pasa es que es que estoy loco por privar

    No te preocupes mas por mi
    Voy a dejar esta ciudad
    Ya no te voy a perseguir
    Solo te pido una vez mas

    Salta hacia atrás o quitate la ropa, mujer.
    No provoques mas mi pasion
    Tengo un fuego dentro
    que no puedo contener

    Lluvia de alcohol moja mi cabeza
    al salir de la habitación del hotel
    donde nos lo hicimos
    la noche que te conoci

    No necesito más de ti
    Ya no me puedes engañar
    He cambiado tu colchón
    Por una botella de champagne.

    (Qué vulgaridad)

    ResponderEliminar
  5. Sapos, ranas, besos..........


    No conviene besar ranas, no se consigue nada. No hay príncipes debajo. Eso era antes, cuando las brujas eran unas románticas y dejaban un margen, por pequeño que fuera, a la redención. Ahora no. Ahora las brujas en lugar de meterte un sortilegio, te meten un pleito de cojones en el juzgado y dejan al príncipe sin el castillo y la mitad de sus tierras. Así que los príncipes o siguen con sus brujas a regañadientes, o han dejado de serlo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¿Cómo lo ves?

Entradas populares de este blog

Post

No era aquel lecho sino un cóctel de brasas humeantes, humedades aún recientes y cuerpos entrelazados, doblegados y languidecidos por los excesos carnales que con nocturnidad y alevosía se habían extendido hasta bien entrada la madrugada. El la, todavía despierta, permanecía quieta con los ojos cerrados sintiendo aquel cuerpo llameante descansar junto al suyo, sintiendo en la piel el ardor que probaba que la noche se había encarnizado con el amanecer. Sus enrojecidas nalgas le quemaban al roce de las sábanas y el hormigueo en los pezones le traía a la mente aquellos dientes que los hostigaban horas antes. La templada humedad de los fluidos de la lujuria que impregnaban la cama aliviaba el calor de los recuerdos que a modo de fotogramas revivía excitada, relamiendo el cóctel de sabores que persistían en su boca y haciéndola desear una exhibición completa ante el espejo a fin de detectar y disfrutar todas y cada una de las marcas visibles que aquella noche y la pasión, a modo de trofeos

Mi musa

Estaba escondida entre las sábanas, esperando hacer arte del sexo, trazar líneas al contacto de nuestra piel, llegando a ser..., convirtiéndose..., convirtiéndonos, en suspiros huídos al aire, bosquejando un fondo únicamente difuminado por la respiración que se nos agita, por gritos ahogados que nos acompañan, mutuos, sin darse tregua, dejando constancia en este papel que es la cama, esbozando en ella arrugas húmedas perfiladas al unísono por dos cuerpos que, transformando las ganas en trazos, crean siendo uno sólo .

Entre caladas

Ya hacía horas que la botella de Remelluri palpitaba en nuestro sexo, y eso que fue el primer vino que no compartimos boca a boca. Para compensar, los latidos acelerados del corazón no hacían más que colaborar al reparto del alcohol en nuestros cuerpos. Lanzados, íbamos lanzados y juro que te hubiera follado en cualquiera de esos sitios, y juro que lo hubiera hecho de llevar falda o vestido como te juro que estoy mojada de recordarlo. El "vamos a casa" sonó de muerte. Túmbate en mi cama, relájate y ábreme bien las piernas cariño, que esta mamada va entre caladas. Aguántame el cigarrillo moderno y ve fumando de él, que yo ya le he dado unas caladas y empiezo a notar los tórridos efectos. Ahora quiero que los sientas tú mientras me sientes a mí fumando de tu sexo. Y voy a ir despacio, esta noche no tenemos prisa, y quiero provocarte haciéndote esperar. Sabes que primero me gusta repasarte con la lengua para llenar mi boca de tu sabor, ese sabor destilado en ese preciso instante