Ir al contenido principal

Navegar era otra cosa




Pues no sé ni que escribir, y es que de un tiempo a esta parte, me da igual prácticamente todo, lo siento por mis detractores, pero no, no es desánimo, ni mucho menos, estoy tranquila y por tanto feliz, procurándome el futuro inmediato rodeada de ludópatas, y volviéndolo a sentir, no, tampoco me he vendido al juego, todo tiene su explicación y está relacionado con el trabajo. Yo por mi parte he reducido al mínimo todos los vicios, y digo al mínimo, porque no hay que pasarse, que cualquier exceso es malo. También hago deporte, un amigo espléndido me ha regalado una bici que ya no usa y con la que procuro a diario salir a recorrer todos y cada uno de los carriles bici que hay habilitados en mi zona de residencia. El físico lo agradece, y la cabeza también. Tiene, creo, mucho que ver con la tranquilidad de que disfruto.  Puesta a mimarme y quererme, y también por el aumento de actividad y para poder mantener el ritmo, he incrementado mi dieta hasta las 2500 calorías diarias, nunca me había preocupado por estas cosas, pero ahora..., total que he confeccionado una lista de alimentos que sustituyen la proteína de la carne (que no consumo) ordenados por el aporte proteínico, de hidratos de carbono y grasas que nos proporcionan por cada 100 gramos de consumo. Supongo que esto también tiene que ver con el estado físico y anímico. Por otro lado, el capítulo 59 no llegó ni a rodarse, y aún así, se me han vuelto a quedar víctimas en el camino, aunque siga teniendo claro que no es culpa mía, yo sólo hablo todo lo claro que puedo y que sigo pensando es preferible a la desvalorizante mentira, así que se hizo daño quien quiso, y como bien dijo este último ahogando la frase progresivamente con un suspiro profundo, "no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista". Y cambiando un poco el tercio y para que no pierda el blog esencia, lo que se me ha disparado este agonizante verano es el poder de atracción sexual, casi, o sin casi, se me ha ido de las manos, y a mí, que últimamente me satisfago más y mejor con mis juguetes (que seguro no padecen gripe A, ni me crean complicaciones), y que tampoco busco en absoluto una pareja estable ni lo denoto, me pasa que me mueva por donde me mueva, indistintamente del lugar, la hora, la circunstancia, el tiempo que nos conozcamos, e incluso el sexo, recibo invitaciones de cama a diestro y siniestro. Para mí que se me debe ver la femme fatale, a la que en intentos de ocultarla, sustituyo a ratos por una femme candide, que para colmo de males despierta ternura, logrando así ansía de protección y a poco que me descuido, afán de posesión. A ratos me divierte, a ratos me exaspera, me voy escapando como puedo, pero haciendo balance, para la autoestima es un subidón.


Y con esto me doy por actualizada, que no decaiga la cosa ahora que tengo un tasador online del valor económico de mi blog. Todavía me prejubila.


 

Comentarios

  1. Me alegra saber que por lo que dices estás centrada y disfrutas de la buena vida y del sexo que quieres.

    ResponderEliminar
  2. En qué mar navegas ahora? te vienes pal sur quizás?
    Edmundo

    ResponderEliminar
  3. En ese caso, te damos por leída y congratulados de verte bien

    ResponderEliminar
  4. uy uy! te noto, te presiento cerca, muy cerca...

    ResponderEliminar
  5. Por favor, dime qué hay que hacer para que el poder de atracción sexual se le vaya a uno de las manos.... podrías preparar un cursillo, o al menos hacernos un croquis, ¿no? Animo y a por ello. Y no dejes el deporte, porque sus efectos beneficiosos alcanzan incluso a la capacidad de generar placer sexual, te llena de endorfinas, y al final se te van a oxidar los otros juguetes.

    ResponderEliminar
  6. Cursillo acelerado, cuando me lo proponía, no podía faltar un escote insinuante, hacerse esperar lo suficiente, combinar picardía con fingida inocencia, miradas que se claven...esas cositas...ahora es que ni me lo propongo.

    ResponderEliminar
  7. Ahora paseamos por el cielo; luz clara, aire puro y fresco,oxigenando el alma.Amor hacia el propio ser, dejamos atrás la vena autodesctructiva¿?...te imagino como E.T. montada en tu bicicleta hacia arriba, cruzando el cielo...camino de ti.
    Cuida de no caerte.

    ResponderEliminar
  8. Al último Anónimo...vótame para la lista del G-20 de Risto ;)

    ResponderEliminar
  9. Risto, ¿quién es eso? o ese?...me lo explique.

    ResponderEliminar
  10. Servidora9/11/09, 9:43

    Qué envidia me das -lo del deporte, sobre todo-. Y qué bien me caes. Yo que entré por celos (¡lo confieso!), y me enganché irremediablemente a tu blog.

    ResponderEliminar
  11. Servidora, ¿celos?.

    Ya me cuentas, si quieres.

    ResponderEliminar
  12. Nada, mujer, un novio que te tenía agregada en msn, y me encontré un primer post de índole sexual, -a él le va el bdsm- y me dije: ¿pero este tío de qué? (Más que nada porque antes me contaba esas cosas, y esto no lo había hecho). Pero me puse a leer, y a leer, y a ver los montajes, y me dije: ¡joé, esta muchacha es una artista! Y me enganché al blog y a mi novio no le dije nada, qué le iba a decir, si hasta a mí me gusta...

    ResponderEliminar
  13. Pues nada chica, puedes estar bien tranquila, ya ves que me importan todos poco menos que un pimiento.

    ResponderEliminar
  14. Ya te he leído, ya. Más de un año llevo leyéndote. Y es una gozada.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¿Cómo lo ves?

Entradas populares de este blog

Post

No era aquel lecho sino un cóctel de brasas humeantes, humedades aún recientes y cuerpos entrelazados, doblegados y languidecidos por los excesos carnales que con nocturnidad y alevosía se habían extendido hasta bien entrada la madrugada. El la, todavía despierta, permanecía quieta con los ojos cerrados sintiendo aquel cuerpo llameante descansar junto al suyo, sintiendo en la piel el ardor que probaba que la noche se había encarnizado con el amanecer. Sus enrojecidas nalgas le quemaban al roce de las sábanas y el hormigueo en los pezones le traía a la mente aquellos dientes que los hostigaban horas antes. La templada humedad de los fluidos de la lujuria que impregnaban la cama aliviaba el calor de los recuerdos que a modo de fotogramas revivía excitada, relamiendo el cóctel de sabores que persistían en su boca y haciéndola desear una exhibición completa ante el espejo a fin de detectar y disfrutar todas y cada una de las marcas visibles que aquella noche y la pasión, a modo de trofeos

Entre caladas

Ya hacía horas que la botella de Remelluri palpitaba en nuestro sexo, y eso que fue el primer vino que no compartimos boca a boca. Para compensar, los latidos acelerados del corazón no hacían más que colaborar al reparto del alcohol en nuestros cuerpos. Lanzados, íbamos lanzados y juro que te hubiera follado en cualquiera de esos sitios, y juro que lo hubiera hecho de llevar falda o vestido como te juro que estoy mojada de recordarlo. El "vamos a casa" sonó de muerte. Túmbate en mi cama, relájate y ábreme bien las piernas cariño, que esta mamada va entre caladas. Aguántame el cigarrillo moderno y ve fumando de él, que yo ya le he dado unas caladas y empiezo a notar los tórridos efectos. Ahora quiero que los sientas tú mientras me sientes a mí fumando de tu sexo. Y voy a ir despacio, esta noche no tenemos prisa, y quiero provocarte haciéndote esperar. Sabes que primero me gusta repasarte con la lengua para llenar mi boca de tu sabor, ese sabor destilado en ese preciso instante

Cábala frente al Mediterráneo

Andaba pensando en otros tiempos remotos, remotos, vaya, en la medida de lo posible, pues cuando una tiene recién cumplidos los 31 tampoco se puede retroceder mucho en el tiempo. Me recordaba a mí misma hace escasamente una década, recién entrada en la veintena, aquellos años cobrizos, que no dorados, y que nada tienen que ver con el tinte del pelo, en los que creía saberlo todo. Revisando alguna foto de entonces observo pocas diferencias físicas, prueba de que el paso del tiempo me está tratando bastante bien, pero sí una gran diferencia en la mirada, sin duda alguna el paso del tiempo se ha llevado mi inocencia, aquella que irradiaba candidez en cada caída de ojos, la mirada de alguien que, creyéndose en posesión de la verdad absoluta quemó etapas a velocidad de vértigo, muy por encima del orden natural de las cosas, y lo peor de todo, es que ahora me doy cuenta de que lo hice no estando ni mínimamente preparada. Hoy día quizá si lo esté, sin embargo he perdido entusiasmo, pocas cosa