Estos días atrás he escuchado algunos tangos que me enviaron. También he recibido algunos emails que intentan sin logro ofender, al margen de algún que otro comentario en el blog. He escuchado preguntas de lo menos oportunas, y he sentido también algunas ausencias tensas y presencias casi fugaces llenas de ausencia.
Despecho masculino envasado. Demostraciones de hombría venida a menos, rabia contenida, desamor manifiesto, un corazón y un alma rotos. Lo tuyo perdido de la noche a la mañana. Cuerpos desgarrados a jirones siendo arrastrados por la insalvable corriente del amor más visceral. El lamento de los cabrones. El llanto de los cornudos. El tango, por lo que he podido observar, es recurrente al hombre despechado. Lo que la saeta sería al llanto de los pobres, o un fandango al quejido de un obrero.
Tómese este post como un manifiesto en mi defensa ante los hombres despechados que se me van quedando en el camino, y sirva este para, mientras termino el cigarrillo y aprovechando que tengo el clipper a mano, acuñar a fuego mi falta de intencionalidad en los daños físicos y morales causados, habiendo sido todo siempre fruto de la causalidad (no casualidad) y el destino.
Sintiéndolo, aunque no tanto como tú, y ya nunca tuya,
Marta PC
La ilustración es de Jordi Labanda.
ResponderEliminarMira por donde que parece que al final fue la musa la que le dio la hostia a vaya usted a saber quien... y ella que por un instante creyó tener miedo...
ResponderEliminarBesos míos, y tuyos, va.
No creas Hyku, igual la hostia es el despecho...
ResponderEliminarcuanta verborrea para nada, solo eso verborrea, no hay nada mas ni dentro ni fuera, en tu ser.Ve con dios (en minúsculas, y usado como una frase recurrente)que nadie te desea como poseion, y de este que escribe nunca fuiste poseida. El morbo de leer tus extensas tonteria, como rellenas tu vida de falsas elocuencias... mientras que tu realidad es vacia.
ResponderEliminarNi como caballo regalado... contigo no hace falta mirar el diente.
Suma y sigue..
ResponderEliminarHyku, otra.
Nadie dijo que fuera fácil :)
jajajaja...hija, qué les das... y oye, a mí no me hagas favores eh...
ResponderEliminarUn besazo ;-)
Me sigue gustando como dices las cosas pero no el transfondo de lo que dices, no inspiras confianza. Ers una hipócrita.
ResponderEliminarTómese este post como un manifiesto en mi defensa ante los hombres despechados que se me van quedando en el camino,
ResponderEliminarHaz marcas, dibuja hombrecitos en una pared por cada uno que se queda despechado en el camino; colecciona tangos, y mira como se va llenando la pared de hombrecitos, como abulta la cartera llena de tangos, y siéntete viva. Hay quien no tiene marcas en su pared, que su carpeta de tangos y demás sollozos despechados está vacía, que nunca ha desgarrado un cuerpo ni se ha sentido desgarrada más que en su amor propio.
Eso es una vida, lo demás es pasar por ella. Y si te has de arrepentir de algo, que sea de algo que hayas hecho, nunca de algo que dejaste por hacer.